jueves, 16 de agosto de 2012

La Agricultura Orgánica

Para finalizar esta serie de posts dedicados a la diferenciación entre la producción orgánica y la producción masiva de alimentos, enfocamos el post de hoy a la agricultura orgánica.

Campo orgánico en el estado de Oaxaca

Como con las vacas y los pollos, la agricultura orgánica tiene ciertas características cuyo objetivo es la protección del medio ambiente. Se busca obtener una fruta o verdura natural, también se busca proteger el suelo y la biodiversidad de la zona en donde se produce. Dependiendo del país las estipulaciones para la agricultura orgánica cambia, sin embargo a grandes rasgos las características principales de ésta son:

  • Permitir un periodo de transición en la finca, en la cual se fertilice el suelo con productos 100% naturales y orgánicos, lo cual permite la fijación de los nutrientes en el suelo y la conservación de éste
  • Selección de semillas naturales, evitar transgénicos
  • Mantenimiento de fertilidad del suelo por medio de rotación de cultivos
  • Reciclaje de toda materia orgánica (composta)
  • Evitar fertilizantes artificiales
  • Evitar plaguicidas artificiales
  • Control de plagas y maleza por métodos naturales
Siguiendo todas éstas recomendaciones, los agricultores pueden recibir una certificación orgánica, aunque el periodo de transición en la finca generalmente puede durar de 2 a 3 años. Se pueden seguir produciendo insumos durante éstos años, pero de manera limitada y respetando la estacionalidad. 

Pero para nosotros consumidores, ¿qué significa comprar verduras orgánicas?. Como se puede ver en las recomendaciones de cultivo, el cuidado del suelo es lo más importante en éste tipo de agricultura, por lo que en parte es buscar un beneficio para la comunidad, permitir un  sistema sustentable de cultivo que no acabe con la tierra que se trabaja. La otra cara de la moneda es que el producto es 100% natural, no tiene rastros de plaguicidas o fertilizantes artificiales y es más rico en nutrientes. 

El guano de murciélago, uno de los fertilizantes naturales utilizados en la agricultura orgánica


Por todas éstas razones la agricultura orgánica ha crecido de una manera importante en los últimos 10 años. En 2002 la venta de éstos productos alcanzaron 23,000 millones de dólares en el mundo, superando los 19,000 que se habían 
logrado en 2001.  Australia es el productor más grande del mundo con un 10% de su superficie de cultivo dedicado a la agricultura orgánica. México se encuentra en el lugar 18, pero somos el primer exportador de café orgánico.  En nuestro país representa un subsector agrícola muy dinámico; según un estudio de la comisión nacional para el conocimiento y uso de la biodiversidad (CONABIO), México desdel 2002 aumentó en más de 50,000 hectáreas su superficie agrícola. 

Es importante seguir apoyando éste tipo de cultivo en México. Los estados que más producen en el país son Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Chihuahua y Guerrero pero son casi exclusivamente comunidades indígenas las que se dedican a ésto, se estima que sólo el 15% es producido por grandes empresas agrícolas, lo cuál reduce la posibilidad de que tengamos acceso a éstos alimentos. Por lo tanto, los instamos a consumir  y si pueden producir verduras y frutas orgánicas, constituyen una parte importante en nuestra alimentación diaria y los beneficios son no sólo para el que los come sino para el suelo donde se producen.


Para finalizar el post de ésta semana, dejaré una receta para que la hagan con ingredientes orgánicos exclusivamente, y aportar un granito de arena al cambio de nuestra alimentación.


Berenjenas a la parmesana

Ingredientes

  • 2 berenjenas medianas cortadas en rodajas gruesas (4-5 cm)
  • 2 tazas de queso parmesano rallado
  • 3 cucharadas de pan molido
  • 2 huevos enteros, batidos
  • 1 taza de harina
  • 1 taza de queso mozzarella rallado
  • 2 jitomates bola cortados en rodajas delgadas
  • 500 ml de leche entera
  • Aceite de oliva
  • Orégano al gusto
  • Sal y pimienta

Elaboración

  • Cubrir las berenjenas con sal y dejar reposar por 15 min
  • Remojar las berenjenas en leche por otros 15 min
  • Mezclar una taza de queso parmesano con el pan molido, orégano, una cucharada de aceite de olivo, sal y pimienta
  • Mezclar el resto del queso parmesano con el queso mozzarella
  • Limpiar el exceso de sal con una toalla húmeda y empanizar las berenjenas, pasándolas primero por harina, luego por huevo y finalmente por la mezcla de pan molido, cubriéndolas muy bien
  • Freír las berenjenas en un poco de aceite de oliva, dorándolas muy bien de los dos lados, sin quemarlas
  • Acomodar una rodaja de berenjena seguida por una cucharadita de la mezcla de quesos y una rodaja de jitomate, sazonar con orégano y aceite de oliva y repetir el proceso con 2 rodajas más de berenjena hasta formar una pequeña torre. Terminar con queso.
  • Hornear a 220º C por 15 min

Provecho!

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